Caminaba por aquella piedra rocosa mientras trazaba el
camino con un ramo de rosas que iba marchitando. Poco a poco, iban cayendo pero
sin gravedad, se quedaban en el espacio, flotando, buscando regresar de nuevo. Encontré
un mar entero de pétalos cubriéndome, un mar entero de bellezas dejadas atrás
por mí, buscándome, odiándome hasta la muerte, me llevaban flotando al igual
que ellas entre el cielo, me mostraban su vuelo eterno, me mostraban sus velos
transparentes que escondían formas y colores opacos, que escondían desencanto,
pero aun así, no paraban de flotar. Decidieron al fin dejarme caer, entonces me
deje llevar por el viento, lo sentí fuerte pasando por mi cara a toda
velocidad... una velocidad que al final era yo quien llevaba, no me había dado
cuenta que era yo quien estaba cayendo, que dentro de poco llegaría al
suelo... pase horas ahí casi volando hasta que en un buen instante llegue, pensé por instante que la caída me
mataría, pero un pétalo de esos hermosos que jamás dejarías ir, me detuvo, me
mantuvo en su flote y me llevo a conocer todo su universo hasta llegar ahí, a
ese lugar que ahora amo, a ese lugar que tanto anhele... me deje caer
suavemente entre aquella flor mientras me hacía cada vez más pequeño y aquella
rosa se transformaba cual gusano en mariposa, en un girasol brillante colorido
y hermoso, un girasol que daba sin esperar…
…Entonces, me convertí
en abeja...me convertí en parasito, me convertí en alguien que no puede
vivir sin ti… Tu, Mi bella flor
resplandeciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario